e hënë, 26 nëntor 2007

Superstitio - Malaje - Yuyu - Tocamadera

Superstición


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En algunos edificios no existe el piso número 13, como éste de Buenos Aires, Argentina.


En algunos edificios no existe el piso número 13, como éste de Buenos Aires, Argentina.



Superstición ( <latín: superstitio < super-stare: "estar sobre"); es un termino usado para referirse a un conjunto de creencias que el individuo cree que pueden alterar el destino o la suerte de una persona.








Tabla de contenidos







[editar] La superstición y el método científico



Esta imagen se usa en un test para demostrar que el ser humano no asigna los sonidos a los objetos arbitrariamente. El test es el siguiente: imagine que una tribu remota llama a una de estas dos formas Booba y a la otra Kiki. Trate de adivinar cuál es cuál y clique en la imagen para valorar su respuesta. Debajo de la respuesta en inglés, aparece la respuesta en español


Esta imagen se usa en un test para demostrar que el ser humano no asigna los sonidos a los objetos arbitrariamente. El test es el siguiente: imagine que una tribu remota llama a una de estas dos formas Booba y a la otra Kiki. Trate de adivinar cuál es cuál y clique en la imagen para valorar su respuesta. Debajo de la respuesta en inglés, aparece la respuesta en español



Las supersticiones, no fundamentadas o asentadas de forma irracional en el hombre, pueden estar basadas en la fe, o relacionadas con el pensamiento mágico. El practicante cree que el futuro, o que ciertas acciones voluntarias (como rezos, ensalmos, conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales) o involuntarias (como la caída de sal al suelo o la llegada de un martes 13) pueden ser influidos por alguna de sus creencias o tienen una significación trascendental en su vida.


Se incluyen entre las supersticiones el curanderismo, la magia, la religión, la adivinación y sus distintas disciplinas: astrología, quiromancia, cartomancia o tarot, geomancia o feng-shui, espiritismo, etc.


Una superstición es el resultado de la forma prejuiciosa de juzgar la información que tiene nuestro cerebro. Un prejuicio cognitivo, del inglés cognitive bias ("predisposiciones cognitivas" o "sesgo cognitivo", en español), es una distorsión distorsión cognitiva en el modo en el que los humanos percibimos la realidad. Algunos de estos procesos han sido verificados empíricamente en el campo de la psicología, otros están siendo considerados como categorías generales de prejuicios. La superstición no coincide con la ciencia ni aplica el método científico. Las seudociencias pueden considerarse supersticiones.


Las supersticiones pueden provenir de la generalización de una sucesión de hechos que se ha repetido un cierto número de veces; al pasar bajo una escalera alguna vez se provocaría la caída del trabajador o de las herramientas que están arriba... En ese sentido contienen una sabiduría popular común a los dichos y proverbios: "No pases bajo una escalera porque trae mala suerte". Lo que distingue a las supersticiones de la sabiduría y el sentido común es que se afirma una relación causal entre los acontecimientos debido a fuerzas supranormales: destino, poder de los astros, de los ritos mágicos, de los espíritus, etc. Esta forma de proceder es contraria a la razón, que analiza las relaciones desde las causas inmediatas y descubre las leyes naturales que rigen las proporciones (o que, sin encontrar relaciones causa-efecto, explica los fenómenos a través de correlaciones, es decir, a través de la frecuencia en la que dos eventos se presentan simultáneamente).


En algunas sociedades humanas se aprecia un proceso de liberación creciente de las supersticiones, y a medida que se desarrollan las ciencias, se relegan las supersticiones a un puesto secundario. Así, la astrología ha sido sustituida por la astronomía, o la magia por la medicina. Sin embargo, este proceso no es lineal, como lo demuestra el auge que están teniendo la quiromancia y los exorcismos en Italia y Europa. Para el individuo supersticioso, la superstición cumple un papel positivo de estabilidad para la psiquis, por medio de los mecanismos de defensa.


En el pensamiento mágico y la magia se pretende producir resultados contrarios a las leyes naturales conocidas valiéndose de ciertos actos o palabras, o bien con la intervención de seres imaginados.


Otros temas importantes en relación con las supersticiones son: el estudio del llamado pensamiento mágico, de la religión como un tipo de creencia supersticiosa (ver más abajo), los trastornos obsesivo-compulsivos y la esquizofrenia como enfermedad mental.



[editar] Supersticiones consuetudinarias, algunas creencias populares


Existen supersticiones relacionadas con distintas costumbres, sobre todo con acontecimientos importantes para las personas, por ejemplo el matrimonio, la menstruación femenina, la botadura de barcos, la ganadería, la agricultura, el ser zurdo, el solsticio de la noche de San Juan, etc.


También hay supersticiones relacionadas con objetos o elementos o con procesos: el hierro, por ejemplo, tiene poderes mágicos, protege a su propietario contra las brujas y los malos espiritus. Hay muchas supersticiones relacionadas con tijeras, cuchillos, espadas, agujas... y otro objetos hechos de hierro y acero. Muchos escoceses creían que dormir con un cuchillo bajo la almohada evitaría que las brujas se los llevasen mientras dormían. En muchos países se considera fatídico regalar un arma blanca. El mango del cuchillo, al caer, apunta en la dirección de donde provendrá la buena suerte o los amigos. Si el cuchillo queda con el filo hacia arriba, se espera mala suerte, pues los espiritus se cortarán los pies.


Los modales en la mesa. Una servilleta, al final de una comida, no debía guardarse en el servilletero, e incluso doblar la servilleta se interpretaba como que la amistad podría terminarse.





[editar] Supersticiones que generarían "desgracia"



Gato negro.


Gato negro.




  • Mencionar o formular verbalmente cualquier cosa no deseable o desgraciada (ver maldición).

  • Romper un espejo.

  • Pasar debajo de una escalera apoyada contra una pared, la escalera con las superficies del piso y la pared forman un triángulo, representación de la Trinidad. Por lo tanto, cruzarla era atentar contra dicho dogma, o también representa una puerta de entrada al mundo de los espíritus.

  • Cruzarse con un gato negro: dicho animal representaba a la brujería y al diablo mismo.

  • Derramar sal: la sal, en la Antigüedad, representaba riqueza.

  • Derramar el aceite.

  • Poner el pan invertido en la mesa.

  • Limpiar la mesa con papel, y no con un paño, trae pérdidas económicas, porque representa un desprecio al papel moneda.

  • Escuchar el nombre de un jetattore, aojador, gafe, cenizo o persona que transmite "mala suerte": para evitarlo, se le llama "el innombrable", y en Argentina los varones se tocan el testículo izquierdo, y las mujeres el pezón izquierdo.

  • Ser víctima de un "trabajo" de vudú o magia negra.

  • Rezar con las piernas cruzadas.

  • Usar ciertas "cábalas" para eximirse en un examen académico, ganar una competencia o ayudar a ganar al equipo deportivo favorito. Por ejemplo, usar la misma ropa, como la ropa interior o una camisa... o realizar la misma actividad: ver un partido de fútbol en la televisión repitiendo la posición relativa de varios amigos sentados en un sillón con la que, según se cree, en el pasado se obtuvo un resultado favorable.

  • Pisar en primer lugar con el pie izquierdo al levantarse (véase artículo zurdo).

  • Casarse o embarcarse un martes 13: en los países anglófonos se refieren al viernes 13.

  • Bautizar a un barco con el mismo nombre que tiene otro barco.

  • Sentarse a comer 13 personas a la mesa, por La Última Cena de Jesús con sus discípulos (ver triscaidecafobia).

  • Estornudar, por temor a perder el alma, sólo durante la Edad Media. El riesgo se minimiza cuando alguien responde de forma apotropaica ¡Jesús!.

  • Abrir un paraguas bajo techo, dentro de una casa.

  • Que se caigan las tijeras con el pico abierto, o dejarlas a posta abiertas encima de la mesa de alguien, o dejarlas abiertas entre dos o más personas, supuestamente produce riña por el entrechocar de las espadas.

  • Hacer girar un objeto.

  • Poseer un solo vaso de una colección en la que se hayan roto todos los demás.

  • Mirar fijamente a una persona, mal de ojo o aojamiento, que desde entonces sufre mala salud periódicamente o muere. Se documenta desde la época romana.

  • Decir ¡por Dios! ante cualquier suceso: según el mandamiento de la ley mosaica, no debía tomarse el nombre divino en vano.

  • Cuando una persona se ríe mucho es que le espera alguna desgracia o disgusto.[1]

  • El acostarse del lado del corazón ocasiona malos sueños.[1]

  • Cortarse las uñas en los días que tienen erre: porque salen padrastros.[1]

  • Matar a las golondrinas: porque le quitaron las espinas a Jesús en el Calvario[1]

  • Toparse con un tuerto al salir de casa por la mañana.[1]

  • Que un actor salga al escenario con una prenda amarilla.

  • Que el novio vea a la novia vestida de tal antes de la ceremonia.

  • En México, pisar un mango echado a perder. Se puede revertir comiéndolo directamente de la suela del zapato. Es una superstición sobre todo en el estado de Jalisco.



[editar] Supersticiones contra el "mal" o la "mala suerte"


Determinadas acciones son tradicionalmente consideradas como conjuros o actos contra el mal, los malos espíritus, las brujas y la mala suerte, y se realizan para protegerse, desviarlos, evitarlos o rechazarlos:



  • Poseer amuletos u objetos que protegen de la mala suerte o de las brujas, como llevar siempre una castaña recogida el dia o la Noche de San Juan, o ponerles pendientes hechos con ramitas de enebro a las ovejas, Aragón.

  • Echar sal detrás del hombro, para aplacar a los malos espíritus que están tras la persona.

  • Tocar un objeto de madera al oír algo que se considera inauspicioso, pues algunas culturas creen que poseen propiedades mágicas o se puede pedir un deseo.

  • Tener en el hogar un altar con estampitas de santos y vírgenes.

  • Encender una vela a un santo, en una iglesia católica o en el hogar.

  • Hacer una "limpieza" mediante magia blanca con una bruja o curandera.

  • "Tirar el cuerito" es un tipo de masaje shamánico relacionado con la piel de la cintura o el abdomen.

  • Decir "¡Jesús!" cuando se estornuda, ya que se consideraba antaño signo de mal agüero o de mal augurio.

  • Santiguarse al oír algo que proporciona mala suerte.

  • Hacer el conjuro de la taza de agua y las gotas de aceite para evitar el mal de ojo o aojamiento.

  • Golpear ligeramente las copas antes de beber su contenido, espanta a los malos espíritus y evita que entren al momento de abrir la boca.



[editar] Supersticiones que incitarían la buena suerte



Herradura para mantener al diablo fuera de la casa, ya que no puede atravesar una entrada protegida por ella.


Herradura para mantener al diablo fuera de la casa, ya que no puede atravesar una entrada protegida por ella.




  • Tener la posesión de una herradura.

  • Tener la pata de un conejo, frotarse y acariciarse con ella.

  • Tocar la chepa a un jorobado con un billete de lotería, para que sea agraciado con el premio.

  • Tener amuletos, como una pata de conejo, estampitas de santos, alguna piedra especial o semipreciosa, etc.

  • Tener la bendición de los padres al casarse.

  • Recibir el ramo de la novia cuando ésta lo tira por encima de su hombro: se cree que la mujer que lo reciba será la siguiente en casarse.

  • Encender una vela en casa o en una iglesia por alguien que se está examinando o que está pasando por una prueba.

  • En México se dice que hay un aguacate que, en el Viernes Santo, porta en su carozo un polluelo de paloma, a manera de huevo. Esta paloma es el Espíritu Santo. Hay que sostenerlo en la mano y rezar un Padre Nuestro; el huevo se abrirá, y la paloma saldrá volando. El lugar donde la paloma se pose estará bendito incorruptiblemente hasta la llegada del Apocalipsis.

  • El feng shui chino y el vastu de la arquitectura hindú poseen conceptos parecidos y hasta equivalentes, que analizan qué lugares y fechas son las mejores para construir un edificio o iniciar una empresa o negocio o una relación de pareja.



[editar] Supersticiones que "predicen" el futuro



  • Derramar el vino predice buena suerte o trae alegría.

  • Encontrarse por casualidad una herradura con 7 agujeros para los clavos es un buen augurio en Algeciras.

  • Cuando a un difunto se le quedan los ojos abiertos es señal de que pronto le seguirá algún individuo de la familia.[1]

  • No deben echarse los coscorones de los huevos en la candela, porque se les seca el culo a las gallinas y no ponen.[1]

  • En México, cuando un cuchillo cae y se clava en el suelo, viene una visita.

  • En Aragón, España, cuando uno, sin darse cuenta, se pone una prenda del revés (por ejemplo, la espalda de la camiseta en la parte del pecho), es que se va a producir una sorpresa, un imprevisto bueno o malo.

  • Poner la cama con los pies hacia la calle: se morirá quien duerma en ella.[1]

  • Que, al tirar una cerilla encendida, ésta no se apague, anuncia una muerte próxima.[1]

  • En Aragón, "Soñar con muertos, saber de vivos": cuando se sueña con personas que han muerto, sobre todo familiares, es que se van a recibir nuevas noticias de, o se va reunir uno con, amigos o parientes.

  • Una mujer, durante la menstruación, no puede hacer mantequilla, mayonesa... tocar o preparar la leche o productos lácteos, regar las plantas, dar de comer a los animales... la mantequilla o mayonesa no ligarán, la leche se cortará, las plantas se secarán, los animales morirán, especialmente crías o bebés ajenos, o se les estropeará la comida, o se arguellarán. Esta superstición está relacionada con la pureza y la impureza de la mujer, y coincide con supersticiones afines del mundo islámico. Aragón.

  • " Dineros o palos". Si pican las palmas de las manos, es que se va a recibir dinero, o se van a recibir palos, Aragón

  • Seguir a una mariquita que vaya en una dirección: se dará con el hombre ideal.

  • Cuando alrededor de una persona vuela una palomita (mariposa), si es blanca, trae buena noticia.[1]

  • Cuando pica una pulga en el dorso de la mano, es señal de que se va a recibir dinero.[1]

  • Si, cuando sale la Virgen en procesión el 2 de febrero, vuelve a entrar con la vela encendida, será buen año.[1]

  • Cuando una persona sueña con toros, es que le tocará la lotería, si es que ha echado.[1]

  • Que una mariposa negra vuele en torno de una persona augura una mala noticia[1]

  • Cuando a una persona soltera se le barren los pies, no se casa.[1]

  • Las roscas y roscones, comidas en fechas señaladas, San Valero, Reyes Magos... coincidentes con las fiestas paganas de la siembra, la recolección, la primavera etc., suelen llevar una o dos sorpresas. Una solía ser una moneda o regalo favorable, y la otra, habitualmente desfavorable que trae pagar el roscón consiste generalmente en una semilla de haba, relacionada con el glande masculino (tócame el haba, tonto el haba o tontolaba) de burla.



[editar] Historia



[editar] Religión y superstición


Casi cada religión posee rituales, ceremonias o ensalmos que pondrían a la persona en relación con las fuerzas espirituales, y que las personas que no pertenecen a esa religión pueden considerar supersticiones, como el degollamiento de una gallina, la señal de la cruz, el bautismo, la misa, etc.


La superstición es un tipo de creencia. Así, es mucho más probable encontrarse con un creyente supersticioso que con un agnóstico o con un ateo supersticioso. La diferencia entre superstición y fe religiosa estriba, en primer lugar, en la manera de comprender globalmente la realidad o cosmovisión: en la superstición, la fuerza supranatural que actúa es arbitraria y disgregada de las demás, mientras que una religión tiene un sistema teológico organizado que afirma la existencia de un ser (o varios) o una causalidad superior general, que actúa(n) en el todo. En segundo lugar, de cada religión se deriva, además de la espiritualidad, una moral, mientras que en numerosas supersticiones sólo se condiciona la actuación del individuo hacia la adquisición o pérdida de la suerte o la desgracia. Y en tercer lugar, en muchas religiones, como el cristianismo, no se encuentra interferencia entre la racionalidad, que examina las causas inmediatas, y la creencia religiosa, con la consecuente coexistencia de ambas actitudes.


Desde esta perspectiva, se comprende que, según el diccionario de la Real Academia Española, la superstición es una "creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón".





La inofensiva Culebra bastarda


La inofensiva Culebra bastarda



Las religiones y también otras cosmovisiones esotericas herméticas han considerado los estados de conciencia alterados como la prueba de la existencia de sus creencias. Su conocimiento parte de premisas y fuentes totalmente diferentes a las de la ciencia, la técnica y la filosofía científicas. Sería fruto del desarrollo de capacidades en el individuo que trascenderían los límites de la percepción sensorial normal. Mediante técnicas: meditativas, autosugestión, privación del sueño, ayuno, deshidratación, drogas, intoxicaciones... los sujetos experimentan una realidad más allá del umbral de la normalidad y perciben un nivel de realidad subjetiva.


En la mayoría de las religiones encontramos cultos relacionados con los genitales (el falo y la vulva), ritos de fertilidad y de culto a la familia, relacionados con el instinto sexual, lo social y con la reproducción, que buscan sublimar como una energía espiritual. Esta energía se expresaría en forma de impulso sexual y, sublimada, se expresaría en forma de hermandad y de solidaridad. Ya Freud, en su estudio del Eros (el instinto de vida, de creación, de reproducción, contrario a Tánatos, el instinto de muerte y destrucción, ambos existentes permanentemente en todo ser humano), insistió en poner al impulso sexual sublimado como origen de la religión y la cultura. Un ejemplo es la imagen tradicional de Jesús de Nazaret como un hombre soltero célibe, sin esposa ni hijos. Recurrente en muchas religiones de Asia, de la América precolombina y de Europa en la Antigüedad, para el monacato masculino y femenino.


La conclusión a la que llegan algunas de las cosmovisiones orientales y herméticas occidentales es que el ser humano es una trinidad de materia, energía y conciencia. Este paradigma "energético" del ser humano está desarrollado con todo un sistema de creencias. Según algunas cosmovisiones hindúes, tibetanas, algunas sectas basadas en la alquimia occidental o la cabala hebrea (cábala o cabalá), la energía del cuerpo humano tiene un reservorio, situado en la base del perineo (sacro). Desde este depósito, la energía sube, en forma espiral y a través de la columna vertebral, y alimenta el cerebro, modulando toda su actividad. Esto sería el motor de la evolución humana. Según esas creencias, en las que se habla constantemente del chi y del prana, por ejemplo, conceptos equivalentes en español al término "energía", el ser humano, además del cuerpo físico, tiene un "cuerpo de energía". Concretamente en la medicina china, una prueba empírica de este modelo energético del ser humano sería la descripción altamente detallada de los canales y meridianos energéticos que se modulan terapéuticamente mediante la acupuntura. Dos aproximaciones filosóficas occidentales serían el Superhombre del que hablara Nietzsche y toda la filosofía de Theilard de Chardin. En cinematografía ha sido la inspiración para muchas peliculas de zombies, vampiros, Frankenstein, el Golem, magia, etc.


Esa energía sería la causante de las capacidades de los individuos psíquicos y de toda suerte de fenómenos paranormales. Concretamente, la energía psíquica se suele simbolizar con un animal, que fue venerado en la Antigüedad por todo tipo de civilizaciones, desde la egipcia, pasando por las indostánicas y las antiguas civilizaciones aztecas y mayas: la serpiente. La serpiente de Adán y Eva, las serpientes representadas en los símbolos de las farmacias y en el caduceo de Mercurio, símbolo de la medicina, así como las serpientes que llevaban en su corona los faraones.



[editar] Orígenes de la idea de superstición


etimología del término: En los romanos, la palabra "superstición" corresponde al verbo latino super-stare ("estar sobre", en el sentido figurado de "ser testigo" o "sobrevivir"). De acuerdo con Cicerón, y después Isidoro de Sevilla[2] , la idea de trascender y perpetuarse a través de la realización constante de rituales subyacía en el uso de esta palabra:



...se llama supersticiosos a quienes rezan u ofrecen sacrificios todos los días para que sus hijos les sobrevivan...




Por otra parte, en la antigua Roma los adivinos eran calificados frecuentemente como superstitiosus, lo que de por sí no habría constituído una valoración necesariamente peyorativa. Pero a veces sí se dio un sentido desfavorable a la palabra y las acciones que designaba, entendidas como una manifestación exagerada, y por tanto superflua y desordenada, de religiosidad. Esta idea resulta más comprensible si se considera que religio, la religión, significaba precisamente lo contrario para los romanos. Según el mismo Cicerón, religio viene de re-legere (reagrupar, ordenar). Por lo mismo, dentro de la preocupación romana de realizar el culto dentro de normas rígidas, una exageración, como hacer sacrificios todos los días, podía llegar a ser entendido como un defecto [4] . Para los romanos, el supersticioso podía llegar a ser o bien un tartufo o una persona afectadamente religiosa.



[editar] Evolución del concepto cristiano de superstición


En las primeras versiones en latín del Nuevo Testamento cristiano se utiliza sólo 3 veces la palabra "superstición", siempre a la manera romana:



  • En Hechos (17,22), sin un sentido peyorativo explícito, cuando san Pablo alaba a los atenienses por tener un altar reservado "al dios desconocido". Entonces, refiriéndose a que son "extremadamente religiosos", los habría calificado de "quasi supertitiores".

  • En Hechos (25,19), en un sentido literal y ambiguo, cuando los judíos acusan al mismo Pablo de supersticioso por creer que Jesucristo está vivo (ha "sobrevivido"), siendo que ya ha fallecido.

  • En Colonenses (2,21), refiriéndose a una forma afectada de religiosidad, cuando nuevamente Pablo exorta a sus lectores a dejar el formalismo ritual judío y así no caer "in supertitione".


Pero después de décadas, o incluso siglos, los primeros cristianos comenzaron a cambiar el sentido de la palabra "superstición".



[editar] Lactancio: Religión versus superstición

En el siglo III, Lactancio refutó las etimologías clásicas de Cicerón, buscando interpretaciones más útiles desde el punto de vista cristiano. Para él, religio ya no viene de relegere," reagrupar" o "reordenar", sino de re-ligare, "volver a unir", lo que resultaba muy consonante con el sentido mesiánico y salvífico del cristianismo, que proclama una "nueva alianza" entre la divinidad y el ser humano. El cristianismo era, pues, para Lactancio una religión.


Siguiendo con esta línea argumentativa, el mismo autor cambiaba el significado de la etimología de supertitio. Ésta ahora asimilaba el concepto a idolatría y culto equivocado; superstición equivalía a divinización pagana de los muertos:



...los supersticiosos no son aquellos que esperan que sus hijos les sobrevivan -eso lo esperamos todos-, sino quienes veneran la memoria de los difuntos para que sobreviva a ellos, o incluso aquellos que mediante imágenes de sus padres rinden culto como lo hacen con sus dioses penates...




Para Lactancio, entonces, religión era igual a culto verdadero, mientras que superstición era un falso culto.



[editar] Agustín de Hipona: Cristianismo contra superstición


Agustín de Hipona: la superstición es pagana y demoníaca.


Agustín de Hipona: la superstición es pagana y demoníaca.



En el siglo IV Agustín de Hipona volvió a modificar la explicación del significado de la etimología de supertitio, buscando establecer un nuevo concepto más acorde con su situación histórica. Para él, las supersticiones eran las "sobrevivencias" de la idolatría pagana que subsistían tras el triunfo político y espiritual del cristianismo, producto de la conversión del emperador Constantino. Y, más específicamente, supertición era todo resto de veneración a una criatura -ser creado- fuera éste ídolo, hombre, demonio, animal, planta, astro u objeto.[6]



Es supersticioso aquello instituido por los hombres para crear ídolos y venerarlos o rendir culto a una criatura o parte de una criatura como si se tratase de Dios, o para consultar a los demonios y sellar a través de ciertos acuerdos (pactos) una comunicación con ellos




De estas afirmaciones, que fueron retomadas por Tomás de Aquino, proviene el concepto cristiano de superstición vigente durante los siglos siguientes, y aun en el presente. Éste se puede resumir en dos afirmaciones:



  • Toda creencia sobrenatural ajena al cristianismo es superstición.

  • La superstición es una forma de relación con el demonio.


La segunda idea implicaba que, por ejemplo, si el estremecimiento o tembladera de un miembro (un brazo, por ejemplo) era considerado un mal augurio, era porque para el supersticioso era una especie de signo convencional o clave secreta, mediante la cual recibía un mensaje del demonio.


La nueva definición de superstición se extendió rápidamente.


Como ejemplo de la idea cristiana de que lo no cristiano es supersticioso, ya en el siglo V se encuentran textos eclesiásticos que hablan de las "supersticiones judaicas" [8] . Si los judíos no creían en Cristo, sus rituales debían por fuerza ser supersticiosos y mal inspirados.



[editar] Véase también




[editar] Enlaces externos




[editar] Referencias



  1. ? a b c d e f g h i j k l m n ñ Sergio Hernández, «Supersticiones populares», en El Folk-Lore frexnense y bético-extremeño. 1883-1884, Badajoz y Sevilla: Diputación Provincial y Fundación Antonio Machado, pp. 135-6.

  2. ? Isidoro de Sevilla; Etimologías,X, 244.

  3. ? Cicerón; De natura deorum, II, 28.

  4. ? Schmitt, Jean-Claude; Historia de la superstición, Crítica, Barcelona, 1992.

  5. ? Lactancio; Institutiones divinae.

  6. ? Schmitt, Jean-Claude; Historia de la superstición, Crítica, Barcelona, 1992.

  7. ? Agustin de Hipona; De doctrina christiana.

  8. ? Estatutos de la Iglesia primitiva, Galia, 475.







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